Ayer por la tarde entré un momento a LinkedIn para aceptar las típicas peticiones de contacto. Lo normal. Pero ya dentro y en el tablón, ¡BAM! Leí algo que me resultaba familiar. Luego miré arriba, al autor, y me dije: “Joder Alfredo, ¿otra vez tú?” (Y aunque Alfredo no se llama Alfredo, he decidido mandarle una carta abierta) Carta abierta para Alfredo: Alfredo, Recuerdo que te conocí cuando te suscribiste a la lista con la dirección alfredocasamarketing@… No sé si aún sigues aquí, pero recuerdo que estabas a finales del año pasado cuando yo ofrecía unas clases a cambio de que tú le recomendaras mi newsletter a gente interesada. Así ellos me escribían, y yo os mandaba la clase gratis a los dos. ¿Sabía que muchos iban a utilizar el mail del instituto tipo rubika_69@… o el de su madre? Sabía, Alfredo. Pero no sabía que esas estrategias tan simples eran solo para los mortales. Para ti no, Alfredo. Tú juegas en otra liga, y lo supe el día me llegó un mail que decía: “Hola Pablo, vengo de parte de alfredocasamarketing@g…” Un saludo” Y miré el remitente: alfredoca@g… Me dejaste sin palabras, pero le conté la anécdota a mis amigos y nos reímos mucho. Luego te envié la clase y te dije que esperaba que os sirviera mucho a los dos. Porque en realidad, Alfredo, ya no me molesta que me mientan tanto como antes. Serán los años… Pero lo que sí me pareció una falta de respeto increíble es que ni siquiera te lo curraras para mentirme. Que ni te molestaras en esconderme que piensas que soy idiota. (Esa es otra lección importante de ventas, también gratis para ti y el otro Alfredo.) Cuando leí en Linkedin el titular y subtitular de un viejo aterrizaje de mi web, (del que no habías cambiado ni el salto de línea) Y cuando seguí leyendo y vi que lo enlazaste con otro anuncio mio de Google justo debajo.. me dije dos cosas: 1. Dj Alfredo is back in da house. 2. Debe ser muy jodido copiar algo de lo que se supone que sabes, menudo mensaje a tu autoestima. Porque a mí ya me han copiado estructuras, Alfredo, no eres el primero. Pero ellos no eran copywriters. Ni hablaban de copywriting. Y tú en principio sí lo eres, Alfredo. Y puedes copiar la forma, pero ¿el fondo? De todos modos, entiendo que no me nombres porque “parece” que nos dedicamos a lo mismo. Y espero que tus clientes te den un voto de confianza, que tú te comprometas, y que trabajes para que no se lleven una sorpresa desagradable. A mí no me gusta que me den votos de confianza, Alfredo. Prefiero que me lean, me conozcan y lo vean claro. Porque si me repiten mucho que confían en mí, sé que no lo tienen claro, aunque les gustaría. Y sé que en parte es fallo mío. Mejor un: “Oye, funcionará” Mucho más, aquí Pablo. PD: ¿Qué será lo siguiente, Alfredo?¿mechas pelirrojas? |
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