A casi todos nos gusta pensar que nos conocemos mucho a nosotros mismos y tal. Pero luego, alguien viene y nos pregunta: “¿Por qué tengo que trabajar contigo y no con el vecino?” Y en el mejor de los casos se hace el silencio. En el peor, contestamos algo motivacional. Y en el intermedio sonreímos y decimos que es que somos muy simpáticos y trabajadores. (caso real) Vamos a tratar de no contestar eso aquí. Vamos a hacer terapia. Terapia de vida. Terapia de ventas. Eso de “conócete a ti mismo” es igual de útil que un buen: “¿Cómo que estás triste? No estés triste” Pero como un “no” tiene más poder que un “sí”, igual es más sencillo ser negativos. Igual es más fácil si sabemos quienes no somos o qué no nos gusta. Porque es difícil ser diferente si no sabes qué ves por ahí y tú no tienes, o saber qué vas a contar si no miras qué son los demás y tú no eres. Cuando nos gusta algo, las cosas no están claras. Aún faltan detalles. Pero cuando no nos gusta algo, casi todo el mundo lo entiende. Aún así, hay que ir adentro: “No me gusta salir por ahí.” Busca qué no te hace sentir bien, fusílalo, y re-define salir. “No me gusta cómo vende mi competencia.” Busca qué te parece basura, sácala y re-define vender. “No me gusta…” Busca, borra, re-define. Recoge los trastos del montón que no eres, y ponlo todo en el que sí. Esto, que puede parecerte una tontería, hace que se le desempañen las gafas a la gente que entra en contacto contigo o con tu marca mucho más rápido. Mucho. Porque verle las líneas bien dibujadas al de enfrente en medio de tanta incertidumbre, es atractivo. Puedes hacer eso. O puedes ir a por todas.. Mucho más, aquí PD: ..y quedarte sin ninguna. |
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.