Te cuento un caso curioso.
Lo vi hace tiempo, y se puede aplicar a casi cualquier tipo de negocio.
Sirve para acercarse mejor a tus clientes, pero te aviso:
La mayoría se cagarían en los pantalones.
(Pista: son los mismos que están obsesionados con aparentar profesionalidad… y son ignorados por ello)
Lo que te cuento lo hicieron los de Citroen.
Te situo un poco:
El nicho de los coches tiene mucho hater y con razón.
Métete en cualquier red social, y hay clientes rojos de furia que les boicotean cada publicación.
Cada publicación.
¿Quieres quitarte las ganas de comprarte un coche?
Mira su Facebook.
Por ejemplo:
Citroen pone la típica modelo en una publicación que no sirve para nada y dice:
“¿Qué va mejor que un #CitroënAmi con tu outfit? Menciónalo.”
…y Ángela comenta:
“El mejor outfit, sin lugar a dudas, en caso de nuestra familia, es una buena ropa deportiva, por los kilómetros que estamos haciendo caminando ya que vuestros motores con menos de 6 años y 46.000km se estropean!!!”
Jajajajaj
Y así encuentras mil.
Cuando Citroen sacó el AMI (que es un coche de estos que los puedes conducir sin carnet y eléctrico) pues les llovió mierda que daba gusto:
Que si qué feo,
que si parecía una tostadora,
que si que vergüenza…
¿Y qué hicieron?
Sacar todo tipo de fotos del coche, con frases como:
“Sí, parece una tostadora, por eso lo puedes comprar en FNAC”
“Rechazado por radares, autoescuelas y gasolineras”
“Si realmente quieres 300 caballos, ve al hipódromo”
“Por muy raro que parezca, nuestro diseñador no ha sido despedido, aún”
No voy a enrollarme con los detalles, pero este tipo de campañas siempre me recuerdan algo importante:
No te pueden quemar si eres fuego.
…y si aprovechas toda esa atención para dirigirla a las emociones que te hacen falta despertar para vender…
Pues ganas más dinero.
Y lo ganas por listo.
Y es justo.
Y es ahí.