Este email tiene 2 partes.
Igual me paso de amigo.
(Eso para quien lo vea, para quien no lo vea pues voy rápido)
Como decía, tiene 2 partes.
La 1ª parte:
Cuando tú tienes muchos productos,
muchos canales,
muchas ideas,
y tienes en tu cabeza un buffet libre tremendo que te congela:
¿Desayuno piña con almíbar y yogur?
¿Tostadas?
Ojito los huevos revueltos…
¿Me lo como todo?
¿Me tiro en plancha a la vitrina?
Cuando tienes muchas opciones y no sabes qué hacer, mejor ir a lo simple:
1. Tengo algo aquí que es muy bueno
(mi mejor producto)
2. Tengo alguien allí que podría pagar por ello.
(lista de correo)
3. Tengo un puente para que crucen de allí a aquí.
(página de ventas)
Eso es la base.
Con menos de eso, tienes dos opciones:
A) Vender a quien ya te iba a comprar de todos modos.
B) Ajustar los precios.
Y ahora la 2ª parte.
Quizá tú eliges tener un sólo producto (en el que destacas) y dedicarte a vender sólo eso:
– Así no fuerzas a nadie a elegir en el buffet, porque se agobian.
– Defines tu especialidad.
– Tienes una puerta de entrada clara.
eso, o:
Tienes varias cosas muy interesantes y las ordenas en el tiempo para ofrecerlas poco a poco
(porque la atención de la gente que te escucha no les dá para procesar más)
Sea el caso que sea, mejor tener un puente.
(Una página de ventas)
Sin un puente, vendes a quien ya entra vendido o al que dice “es que estas cosas suelen costar X” y le cuadra tu precio.
Si no está vendido o no le cuadra tu precio, sin un puente no tienes oportunidad de cambiar nada.
Así se queda.
Para que lleguen más y del tipo que tú quieres, mejor tener un puente: