Vamos a hablar de algo que duele más que el dolor. El dolor es importante, nos mueve hacia un sitio mejor. Pero algo que duele más que el dolor igual es más importante por un tema de velocidad. No nos mueve, nos dispara. Nos vuelve locos. Y volver loca a la gente es muy potente, eso lo sabe todo el mundo que tiene una ex. Mi tio Juan era un gran hombre y allí dónde esté seguro que viajó en clase preferente. Como en su negocio le fue muy bien, decidió ser un padre guay y darle a su hijo, Juan Yúnior, todo lo que él no había podido tener. Cuando Yúnior cumplió 7 años, le regaló una Mini Malaguti. (Una moto pequeña) Entonces Yúnior fue el más guay de la urbanización privada antes incluso de aprender a sumar. Pero cuando Yúnior cumplió 15 la moto le aburría (y como no tenía otro primo) yo la heredé con 8 años. La llevamos al campo de mi familia, y eso me convirtió en el más guay de un sitio dónde sólo había 5 casas en un radio de 2 kilómetros. Fue la hostia, la verdad. A ver, a mí la velocidad ni me gusta ahora ni me gustaba entonces. La respeto pero no la comparto. Entonces un día de verano, aprendiendo a llevar la moto con mi abuelo, el manillar se me dobló (a 7 kilómetros por hora) y me caí. Ohhhhh… Me pegué un susto de cojones, pero ya está. Ni me dolió. No noté absolutamente nada. –¿Te has hecho algo?–me dijo mi abuelo. – No–dije antes de revisarme. Luego miré abajo a la zona del bañador… Y por debajo de él, una línea roja bajaba vertical dibujando un recta perfecta entre el borde del bañador y mi tobillo. Me subí el borde del bañador para ver de dónde venía… …y en el muslo derecho, muy cerca de la zona prohibida, vi un agujero de 5 centímetros de ancho. Me había clavado el manillar. Ese agujero parecía un higo cortado por la mitad. Cuando cortas un higo, esos filamentos rojos, justo eso es lo que vi. Entré en pánico. Empecé a gritar y a llorar como un loco… y no me dolía. No me dolía nada. Vale. Por suerte hay muchos tipos de dolor (y muchas fases) que pueden ser la señal que vamos a ir más rápido a un lugar mejor. Y lo mejor que puedes hacer por tu cliente es tocarlos de una manera que tú te asegures que ellos deciden ir allí. Si te interesa que yo haga eso de forma beneficiosa para todo el mundo (especialmente para ti) es abajo: Hay algo más aquí |
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