Cómo hablarle a la parte de tu cabeza que toma las decisiones.



Si lees a Mark Manson es raro que pierdas el tiempo, y esto me parece que es lo mejor que le pueden decir a alguien que vive de escribir.

Muchos copywriters dicen que viven de escribir también, pero esto es igual de cierto que decir que un comercial vive de hablar.

(Es decir, muy poco cierto)

Pero Mark sí.

Mark lee, destila y escribe lo que según él es:


“Consejos de vida que no son una mierda”


Y hay uno que si estás tratando de vender algo es muy importante.




Lo cuenta en su libro azul.

Su libro naranja ha vendido más, pero te recomiendo el azul.

Del naranja te recomiendo apreciar el título del libro.

(“El sutil arte de que todo te importe una mierda”)




Vale.

En su libro azul Mark da una lección de comprensión del vecino y de empatía que si uno entiende no solo tiene que ser más feliz por cojones,

sino que aún encima va a lograr vender mejor.




Mira, de memoria no sé si utilizaba la metáfora del elefante o la del copiloto, pero yo uso la del copiloto:

Ya sabes que tu mente tiene dos formas de funcionar que se complementan.

La emocional y la racional.

Imagínate que la emocional es la que está conduciendo un coche, y la racional está de copiloto dando su opinión.

La parte emocional está al volante y hace lo que siente.

La parte racional le da indicaciones, pero no conduce.

Conduce la emocional.​​




Entonces, si la emocional no quiere ir a un sitio, da igual lo que le diga la racional:

No se va y punto.

Es su coche, son sus normas.




Y aquí está la gracia:

¿Por qué no hacemos cosas que sentimos que son buenas para nosotros?

¿Por qué no dejamos de fumar?

¿Por qué no podemos evitar mandar ese mensaje tras 1 o 14 cubatas?

¿Por qué no perdonamos cosas que tenemos que perdonar?





Porque no nos sentimos mejor.





Sabemos cómo hacerlo mejor.

Pero no nos sentimos tan “mejor” como para hacerlo así.

Falta de autocontrol,

Pereza,

Gula,

Todos nuestros problemas son emocionales. 




Ahora,

Tratar de darle razones lógicas al que conduce es como hablarle en francés a un chino.

El copiloto es francés y te entiende.

Pero el chino no.



¿Y qué pasa si hablas en chino?



Que el francés sí habla chino, entonces como trates de manipular al conductor le dirá:


Macho Qiu Chin, esto que te dice no tiene sentido y te están vendiendo la moto”.


Entonces la cosa no es tan sencilla.

En todo caso, si quieres hacerlo simple y efectivo para que todos los que están dentro del coche confíen en que tienes algo honesto que ofrecer, mira abajo:

Hay algo más aquí