Mala forma de contratar y de que te contraten.



Te cuento algo breve sobre el gran error de pagar al peso cosas que no se comen.

Hace tiempo que no me pasa, pero un compañero sí, e igual a ti también.




Hubo un tiempo en el que me pedían presupuesto por:


“Un sobre mí de 300 palabras”

“Un inicio de 200 palabras”



Querían saber a cuánto les salía el kilo, vamos.




Esto olía a dos cosas:


1. A que esa persona tenía voluntad de ser ordenada, y se había sentado a escribir la lista de la compra.

2. A que no sabía qué estaba comprando.



Y cuando no sabes qué compras, comprar al peso da más confianza.

Al menos, lo que has pagado está ahí.

Lo ves.

No te la pueden colar.

El bulto está ahí, grande.

Ande o no ande.




– ¿Cómo sabes que son 300?– le pregunté.

– No voy a poner más, porque la gente no lee.

– Ah.





No le dije que el mío tenía 2.142.

Tampoco le dije que si alguien le cobraba 300 palabras que mi consejo es que mejor le pidiera solo 100.

Le iba a salir más barato, y tampoco iba a servirle de nada.




Lo que importa es qué vas a conseguir.

No cuánto necesitas para conseguirlo.

“Cuánto”, es vender a peso.

O peor, vender a tiempo.




Nadie con la cabeza en su sitio va a su nutricionista y le dice:

“Oye, que quiero hacer dieta 2 meses”.

No.

Le dice:

“Me quiero quitar 5 kg. de grasa”

Y si lo logra en 2 semanas, pues olé sus huevos.




Hay gente muy bien intencionada que no conoce tu trabajo y no quiere que nadie le tome el pelo porque a nadie nos gusta ser el tonto del pueblo.

Quizá no confían en ellos y en lo que eligen, y te eligen a ti.

Es normal.

A todos igual no los puedas evitar, pero a muchos otros sí puedes hacerles sentir el verdadero valor de lo que están contratando contigo, y así tener mejores clientes.

Mucho más, aquí

PD: Y si con la mitad consigues el doble, deberías dejar claro que lo normal es cobrar el doble, no la mitad.