C Tangana es un cantante que igual no te gusta, o igual ni conoces. Igual sí y te parece un prepotente, o igual ni lo entiendes ni buscas entenderle. Eso ya verás que da igual, porque esto no va sobre gustos. Va sobre lo que funciona y lo que no funciona en el mercado. Y si alguien a quien durante toda su vida solo conocían 4 gatos, de golpe se convierte (tras un cambio de dirección) en un artista que ha revolucionado muchas más cosas en su industria de las que muchos le reconocen hoy, entonces creo que se merece que hablemos un poco de su caso. Yo no he visto su caso desde dentro, pero sí desde largo. C Tangana (Antón, Pucho…) es un tipo que era muy bueno siendo rapero. Si te gusta el rap, pues por lo visto era un crack. Él se llevaba muchos aplausos de raperos. Muchos. Pero no vivía de ellos, porque raperos había pocos, muy pocos para hacer de Antón una estrella. Así que Antón seguía trabajando en el Pans & Company. Se dejaba la música, volvía, y volvía a dejársela. “Total, ¿para qué?” Antón podría haber sido fiel esclavo de su propio ego. Podría haber dedicado toda su vida a tratar de que a toda España le gustase el rap. Su rap. Pero Antón fue mucho más listo y humilde que eso. En vez de mirarse el ombligo, o mejor dicho mirarse el talento y ponerse a llorar porque este no le iba a sacar de donde estaba, hizo algo mucho más inteligente. Pensó: ¿Qué quiere mi mercado? Y se lo dió. ¿Qué va a escuchar la gente? Voy a hacer eso. ¿Qué les mueve? Voy a dárselo. Y se puso a hacer otra música. ¿La que disfrutaba él? Puede. Pero la que disfrutaba su público, seguro. Porque sabe que esos son los que le pagan, y que él trabaja para ellos. Antón sabe que no puede generar un deseo, no es Dios. Sólo puede localizarlo y expandirlo. Localizarlo y expandirlo. Antón no solo fue estrella por estar en el momento y en el lugar. Antón fue estrella por diseño. Él se hizo estrella. Y podemos pensar que lo que hace no tiene valor, vale, pero ahí están los números. Cuando se transformó, muchos empezaron a odiarle, que es exactamente lo que pasa cuando alguien hace algo excepcional. Que si “antes molabas”, que si “ahora eres comercial”, que si lo que mola es ser auténtico, y que él sólo iba a serlo si era fiel a un camino que no iba a llevarle a nada. “Quédate con nosotros aquí abajo. Odia al mundo con nosotros. No tengas nada, como nosotros.” Era el mensaje implícito. El explícito era este: “Eres un vendido”. ¿Y sabes lo que contestó Antón? “Cuando trabajaba en Pans & Company por 6€ la hora era un vendido. Ahora me dedico a la música”. Mucho más, aquí PD: El link de arriba es para localizar y expandir deseos, y también, en mi opinión (que no me has pedido) sacar algo en claro para tu negocio casi seguro. |
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