Chupito de cianuro si otra marca acaba en “-fy”.



A veces hay alguien que hace algo original y que “tiene gracia”.

No sé, pienso en la primera persona que se tatuó un infinito

o la palabra Serendipia.

o si me apuras, hasta una estrella en el codo.




Luego vino el rebaño, les copió, y me imagino que les darían ganas de quitarse la piel a mordiscos.




Si no vives en marte habrás visto que gente muy creativa coge cualquier cosa que hagas y en un “brainstorming multidisciplinar 360º yendo de tu mano” llegan a una conclusión:


“¡Que acabe en -fy!”


Spotify estaba bien, vale.

Pero es que luego se te sube al carro Shopify, Cabify…

Y la gente se viene arriba y la cosa empieza a oler.

Factoryfy, Bonify… 




El problema de las modas es que hoy molan, pero como los tatuajes, según qué te hagas pues luego lo ves y tiemblas.

Es como el pelo que llevabas en el instituto.

Casi prefieres que esas fotos solo las tengas tú.

Tiempos duros.

Igual que las ves y dices:


“Uff, eso apesta a 2001”


pues un fontanero verá en 10 años su compañía “Tuberíafy” y será raro.

“Panaderify” también.

¿“Psicologify”?

Pues igual también. 




Pero el nombre no es un problema, la verdad.

Es el menor de tus problemas.

¿Que suena mal?

Bueno.

“La oreja de Van Gogh” sonaba como el culo y lo rompieron en su día porque ellos sí sonaban bien.

Pero el problema cuando no eres músico es saber contar qué hay detrás del nombre.

¿Llamarte “Abogadify”?

No, ese no es el problema.​

El problema es que conectes mal con la gente que necesita que le saques su divorcio adelante en una época de mierda y que no te contraten.




Digo lo de siempre:

La falta de personalidad y mandar mensajes orientados a gente que cuenta con los dedos (ya son pocos) está tan extendido que ya ni no duele verlo.

Ahora, que no nos duela no significa que funcione.

Para que funcione, es abajo.

Hay algo más aquí

PD: Aunque te llames “Bar Paco”, de verdad.