Casarse tarde y vender un poco menos.



“Mientras las personas son jóvenes y la composición musical de su vida está aún en sus primeros compases, pueden escribirla juntas e intercambiarse motivos (…), pero cuando se encuentran y son ya mayores, sus composiciones musicales están ya más o menos cerradas y cada palabra, cada objeto, significa una cosa distinta en la composición de la una y en la de la otra.”


Milan Kundera




Si las palabras sólo nos sirven porque son imágenes, quizá el maestro checo nos de aquí las claves para varias cosas,

cosas que se entrelazan, y que pueden importarte o no:

– Por qué en la guardería todos son tus amigos, en primaria casi todos, en secundaria 15 o 20, y cuando te sale la primera cana con suerte te quedan más de 7-8.

– Por qué echarse novia tarde es tener ganas de discutir.

– Por qué puede que tu cliente no entienda exactamente lo que le cuentas a menudo.




De todas las cosas que aprendí de Kundera, probablemente nunca otra la demostrara con tanta contundencia.

Como es un genio de la realidad, hizo un “diccionario pequeño” con los términos dónde esa pareja derrapaba.

Y demostró que lo contrario de, por ejemplo, “Música”, también puede ser “Música”.

Que cuando uno decía “Música” y la otra escuchaba “Música”, pues veían no sólo cosas diferentes, sino contrarias.




(Un poco como “el mar” para un marinero y “el mar” para un 
dominguero que está en el libro de lengua de toda la vida)




Kundera cuenta que la MÚSICA para Franz

es una liberación: lo libera de la soledad, del encierro, del polvo de las bibliotecas, abre en su cuerpo una puerta por la que su alma entra al mundo para hermanarse.”



— ¿No te gusta la música? —le pregunta Franz.
— No —dice Sabina.


…porque 

“cuando Sabina (..) tuvo que pasar unas vacaciones enteras en la llamada Obra de la Juventud (…) la música aullaba desde los altavoces a partir de las cinco de la mañana y hasta las nueve de la noche. Le daban ganas de llorar, pero la música era alegre y era imposible escapar de ella, ni en el retrete, ni en la cama bajo la manta, los altavoces estaban por todas partes. La música era como una jauría de perros de presa que hubieran soltado tras ella.”




En el diccionario hay muchos significados, y tú coges el que te conviene,

pero en ventas, hay uno sólo.

¿El técnico? ¿El campechano? ¿El cosmopolita?

El de tu cliente.  

El tuyo no,

el del libro con el que te formaste tampoco,

el que se le dibuja en el tercer ojo a tu cliente, ese es.

Justo ese.

Ahí abajo lo estudiamos.

Mucho más, aquí