Cambios rápidos y más rentables para un negocio.

 
 
Hace un tiempo le escuché a un experto en startups tres cosas que me parecieron interesantes.

Tres.

Alguna te parecerá obvia, alguna menos.

Veamos.




En un momento, contaba el valor de la ejecución.

De saber hacer las cosas:


“Una cafetería está llena y la otra vacía.

Las dos venden café.

Las ideas no es que no valgan nada, es que la diferencia está en la ejecución.

Las ideas, sin saber cómo ejecutarlas, no valen nada.”


Creo que hablando de cafeterías hubiera sido más interesante comentar cómo el “Bar Paco” y “Cafetería Susana” piensan si le suben 0,10€ al cortado y se les echan encima.

Y delante Starbucks hace otra cosa.

Pero bueno.




Luego comentaba el gran problema narcisista que vemos en la comunicación de casi todas las empresas hoy:


“El amor es el fracaso.

Esto no va de ti y de tu empresa, sino del cliente y sus necesidades.”


Esto lo “sabemos” todos.

Todos tenemos la idea, incluso la gente que se dedica al marketing en redes sociales lo sabe.

Lo aprendes la primera tarde.

Pero recuerda:

Las ideas, sin saber cómo ejecutarlas, no valen nada.”




Acababa este chico con una que para mí esconde magia.

No sé si él sabe cuánta, supongo que sí.

Pero decía:


“Las empresas quieren parecerse a las startups porque el equipo es pequeño y dinámico y la velocidad a la que puedes cambiar cosas es brutal.”


No sólo es la única persona que ha puesto “equipo” y “dinámico” en la misma frase y esa frase tiene sentido.

Ha sugerido algo más interesante.

El cambio rápido.

El decir:

“Hoy es esto, pero mañana puede ser lo otro”




Si quieres cambiar cómo es una empresa supongo que es largo.

Si es una startup, supongo que es corto.

Pero si tengas una o tengas la otra, quieres cambiar cómo te ven para poder vender más.

Ojo, no he dicho cambiar tú.

He dicho cambiar cómo te ven (que es igual o más importante) y lo podemos ver abajo:

Hay algo más aquí