Dan Kennedy puede no acertar siempre. Pero lo que cuenta es tan sólido que lo normal es que uno acierte más si lo entiende que si no lo entiende. Hay algo que le escuché y me pareció interesante. Es una verdad que puede ser dolorosa para los que se están vendiendo de una forma equivocada. (spoiler: verás que muchos) …y transformadora para quien quiera venderse un poco mejor. Se entiende mejor con ejemplo: Imagina que te vas a reconstruir la boca por 20 o 30.000€, o que vas a poner todos los ahorros de tu vida en manos de un asesor financiero …o que te vas a remodelar la cocina. Mr. Kennedy decía: “¿Cómo puedes saber que ese dentista, ese asesor financiero o ese arquitecto es competente, experto, fiable, bueno… y que va a ir todo bien? Te digo más, ¿cómo sabes si es mejor que el resto? Por supuesto, no lo sabes. No lo puedes saber.” Ese es el chiste de la superioridad real: No se puede medir. Es invisible. Puede que tú ni siquiera sepas quién es el mejor en tu nicho. Sabrás quién logra crear una confianza tan grande en su público que lo han convertido en la referencia. ¿Pero es el mejor? Puede que sí o puede que no. Esto les dolerá muy dentro a todos aquellos cuya obsesión es ser mejor que el de al lado. Ser mejor que el de al lado paga, pero lo que paga más es que se fíen más de ti que del de al lado. Y eso, a los niños que aún piensan en notas con decimales, los deja con ganas de hacer pancartas que digan: “Jo, no es justo” Tampoco es justo que un tipo que trabaja en una empresa gigante se le respete más porque el logo le queda bien. (¿Su mérito? Estar en el momento y en el lugar, y pasar la entrevista. Punto.) Ni es justo que el dueño de esa misma empresa se aproveche del tipo de antes porque sabe que el mundo es muy inestable y lejos de sus faldas hace frío. Pero es así. Si vendes lo que la gente no compra, es así. Así que si prefieres vender lo que la gente sí compra y que más clientes te permitan ser bueno, es por el enlace: Hay algo más aquí. |
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