Te cuento esto para que te des cuenta que hasta un tonto de 16 años que no había visto una teta en su vida ya hacía cosas más lógicas que muchos que hoy quieren dar a conocer su marca. A muchos igual no les sienta bien, pero verás que no miento. Mira. Cuando tenía 16 o así, una buena amiga mía que ya era profesora me pasaba niños que habían suspendido matemáticas ese año para darles clases en verano. Te digo: Si hoy no me entero de mucho, con 16 sí que no me enteraba de nada de nada. Pero una cosa sí tenía clara. Aquello no podía ser gratis nunca. ¿Mal pagado? Sí, vale. Pero gratis no. Gratis no podía ser. ¿Y por qué se supone que es rara la estrategia que llevan las empresas o los particulares que hacen “post de mucho valor” hoy? ¿Solo porque son gratis? También. Pero es que lo de gratis es solo un detalle, porque si levantas la tapa ahí hay de todo. Te cuento: Aquello de dar lecciones a gente que no te las pide pero las quiere, les viene muy bien a los primeros que lo hacen porque cuando esos contenidos sorprenden, pues todo el mundo se lanza a lo gratis. Nadie les había contado esas cosas y ahora se las cuenta este tío. Genial. Lo que pasa es que ahora hay gente que empieza a copiar y pegar lecciones repetidas hasta la saciedad para hacer presentaciones muy bonitas y decirle al mundo que “ellos saben”. Y desde fuera, el mundo ve eso y dice: “Si sabes tanto, no te pasas 3 horas haciendo esa presentación para dar “algo de valor” a alguien que no te lo ha pedido” Y también (si ya llevas un tiempo en ello y has vendido hasta cursos) terminar una publicación y que diga: “Y bien, Juanito, ¿te ha servido de algo esta publicación?¿Has aprendido? Pues échame una mano y compártela”. Pues es raro. (Y de eso que he escrito, me he inventado el “Juanito”. El resto es literal) Vivo en la tierra y entiendo que para hacer intercambios producto-dinero pues muchos (que no pueden, no saben o no quieren vender mejor) dan pruebas de su trabajo. A mi abuela en el mercado también le dan a probar la sandía. Eso está claro. El problema es cuando te quedas sin sandías porque las estás dando a probar a todo el pueblo. Oye, ¿que tú quieres pasar tiempo demostrar que sabes de lo que hablas? Está bien. ¿Que quieres regalar para que prueben? Pues también. Pero para los que quieren que sus clientes sientan enseguida que tienen delante a alguien que sabe de lo que habla (sin demostrar ni regalar) hay algo abajo: Hay algo más aquí |
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