Para ver esto bien:
Imagínate que eres músico o música.
No sé, tocas la guitarra y cantas.
Puede que toques tus propias canciones, o que te hayas aprendido alguna de Oasis porque eres tímido pero quieres tener una vida sexual activa.
Da igual.
Pongamos que cantas.
Pongamos también que vives en una ciudad muy grande y muy cosmopolita y con gente muy interesante:
No sé, Barcelona por ejemplo.
Te vas a un parque.
El parque de Barcelona que sea, uno que pase mucha gente.
Te pones a tocar.
(Igual está prohibido, pero imagina que no)
Entonces la gente ya pasaba por ahí, pero tú ahora vas y tocas.
Pasa mucha gente.
Están a sus cosas, pero pasar pasan.
(Aquí si fueras de marketing dirías aquello de “mi música ayuda cada día miles de personas y blablabla”)
Quédate con la escena del parque en la cabeza.
Tú parado y gente pasando.
Ahora imagínate que esa misma noche das un concierto en un bar cerradito, con 60 o 70 o 120 personas.
No son “miles”
Son unos pocos.
(Si eres de marketing y han pasado de 100 puedes respirar tranquilo: ya puedes decir “cientos” sin mentir)
Entonces por el día tienes un parque con miles de personas pasando.
Y por la noche un barecito íntimo con luz tenue y gente sentada.
¿Qué audiencia quieres?
Te comento esto por si piensas que es bastante importante para un negocio tener un espacio donde la gente le escuche de verdad.
Un bar tranquilo como un email, y no un parque con gente pasando rápido el pulgar, como las redes sociales.
(Que son muy buenas, pero son para otras cosas)
Si quieres que te escuchen más tiempo y con más atención para que puedan ver si les gusta tu música o no: