Te cuento una anécdota que me contó un amigo hace mucho tiempo y con la que me estuve descojonando un rato. No te doy más pistas porque te la fastidio. Pero estos detalles a uno lo espabilan y lo ponen a mirar. Vale. Mi amigo Pepe tenía una novia en la Universidad. La chica era de buena familia. No sólo por el tema económico, que también, sino por el tema de la educación: A la chica la habían educado en el esfuerzo, la empatía y en saber valorar las cosas. Cero ego. Esta chica era la típica niña genio que cuando mi amigo se sacaba un 9 ella se sacaba un 9,75 y cosas así. Esa gente que cuando piensas que lo has hecho bien, es porque ellos lo han hecho mejor. Así era ella. Ahora él. Mi colega es un tío que vende muy bien. Es seguro, entiende bien las emociones de la gente y tiene mucho carácter. Un día se fueron a un centro comercial y la chica se puso a mirar bolsos. Vió uno que le encantó. Me suena que era de una marca con dos nombres, sería Bimba y Lola o algo así. Una de esas. El caso es que valía 250€ o así. La chica, claro, tenía dinero para comprarse la tienda pero también tenía otra cosa: Principios. Sabía que era estudiante, que no era su dinero.. que… que… – Jolín Pepe me encanta este bolso. – Pues comprátelo y no te marees más. – Pero es que jo, vale 250€… y 250 por un bolso… es que es mucho. – Bueno, está rebajado, valía casi 400€, no es una mala compra. – Ya, pero es que pagas la marca. Es bueno, pero pagas la marca, y es que gastarme esto en un bolso… no sé. Mi amigo le dijo: – Mira, llevas todo el año estudiando un montón: hace tiempo que no te compras nada de ropa y si ves algo que te encanta lo deberías aprovechar. Te metes mucha presión. ¿Te gusta el bolso y está bien de precio? Joder, tampoco te vas a comprar 3, te vas a comprar el que te gusta. Te conozco y si no te lo compras, te vas a arrepentir luego. ¿Te hace ilusión? Joder, pues ya está, las cosas son más fáciles. La chica cogió el bolso y fueron al mostrador: – ¿Con tarjeta o en efectivo? – Con tarjeta. Sacó la tarjeta, la puso encima del lector magnético, y cuando sonó ese “bip” de pago realizado y ya comenzaba a salir el papelito blanco por el datáfono… …mi amigo le puso una mano en el hombro cariñosamente y le dijo: “¡¡Menuda hostia te han pegao!! ja, ja, ja” JjajajajajajajajajjJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJA GRACIAS. Jajajajajajjajaj Cuando me lo contó ella, casi me pongo a llorar. Que cabrón. Pues es eso. Mucho ojo con quien le da el visto bueno a la gente que te compra porque no siempre lo tenemos claro del todo. Ahora, ¿sabes cómo lo tiene claro más gente? Con un buen trabajo de copywriting. No hay duda, de verdad. Hay algo más aquí |
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