El otro día me crucé con el trabajo de un artista y me acordé de uno de los mejores consejos que me dieron cuando empecé en ventas. Uno de los más dolorosos, pero por eso mismo fue uno de los mejores. El consejo cero. Si quieres no empezar un texto perdiendo 1-0, puede que te sirva. Este artista, Johan Deckmann vende libros (en blanco) pero con títulos muy buenos. O sea, coge un libro en blanco, y en la tapa escribe un título para ese libro que no es un libro. Y como entiende tan bien la realidad, sus títulos tocan tantos puntos sensibles, y la gente está tan identificada, pues ¿qué pasa? Que los vende bien, claro. Este título decía: “Cómo pasarte la vida preocupado por lo que los demás piensen de ti, para un día darte cuenta, cuando ya eres viejo, que nadie pensaba en ti en realidad.” Esto me recordó a uno de los consejos más trillados pero más importantes, que (hasta que no entiendes que es lo mejor que te puede pasar) te duele en el alma: “Salvo a la gente que te conoce y te quiere, no le importas a nadie.” Y justo entre el título de Mr. Deckmann y el consejo número 0 en ventas, está el dinero. Mira. Estaba leyendo un poco lo que hacía la competencia de un cliente en el mail. No doy detalles, pero este chico tenía una especie de restaurante a domicilio. Hasta ahí todo bien. Pero luego abrías la bandeja de entrada del email, y te encontrabas en las líneas de asunto: “Hoy estoy transcendental” Claro, a este chico le dijeron: humanízate. Y él se puso a contar sus miserias. ¿A quién le importan las miserias de un tío que no conoce y vende comida a domicilio? No lo sé. Al día siguiente, otro mail: “Mi principal defecto” ¿A quién le importa? Pues tampoco lo sé. Pero seguía: “Soy una persona con defectos. Con muchos defectos. Como la inmensa mayoría de los humanos. Excepto los influencers y aspirantes a influencers que no tienen defectos, son guapos, guapas, tipazos, tipazas, listos, listas, ricos, ricas… Mañana os contaré lo que opino de ellos. Bueno, a lo que iba. A mis defectos. Mi defecto más gordo es que…” ¿Lo ves? Este chico entendía bien a John Deckmann, y eso está genial. Pero no ha integrado el consejo número 0 en ventas, y eso está menos genial. Lo malo de no querer hablar de la esencia común a la gente que te compra, es que acabas hablando de lo que vendes. O peor aún, de ti. Si quieres escribir cosas que le importen a tu cliente y a ti no, porque tú ya sabes que no importas, es abajo. Mucho más, aquí |
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