Ayer un amigo me dió “buenas” noticias.
(Digo “buenas” porque verás que podrían ser mejores sin necesidad de grandes esfuerzos)
Me dijo:
“¿Sabes que la web de Fulanito recibe 1.500 visitas orgánicas diarias?”
Yo no sé si eso es mucho o es poco, supongo que depende de para quién.
Pero como me lo dijo contento supuse que era una buena noticia para Fulanito y me alegré.
Por curiosidad le pregunté:
– ¿Cuántos suscriptores consigue al día con esas visitas?
– No tiene lista de suscripción.
Imagínate un tipo muy varonil.
No sé, un tipo de estos que si eres hombre te dices “le tiene que doler” o que si eres mujer piensas “si tiro las bragas al techo se quedan pegadas”
Uno de esos.
Cada día se le acercan 10 mujeres a ligar con él.
(Eso no le pasa a ninguno, pero imagínatelo)
El tipo tiene una estrategia muy clara:
“O se viene a mi piso a los 30 segundos o adiós”
Luego hay un tipo que ni de lejos es tan atractivo, pero sabe tener un primer acercamiento agradable y pedir el teléfono sin que sea raro.
– y luego sabe interesar.
– y sabe hacer que le conozcan.
– y sabe hacer que ella piense “este tío sí es para mí”
(Si es para ella, claro)
Como no es tan guapo, este tipo quizá saque 3 o 4 teléfonos al día de 10 conversaciones.
Y quizá pocos sirvan de algo.
Pero mira la magia:
Al guapo le van 10 al día y su porcentaje de “aquí te pillo aquí te mato” con suerte es de 1 de cada 20.
Un 5%.
El menos guapo, con las mismas conversaciones tiene 2 teléfonos buenos.
Un 20%.
¿Qué ha hecho?
Tener un sistema preparado para crear una verdadera relación en lugar de estar obsesionado con conseguir más tráfico para ofrecer cosas que su cliente aún no sabe valorar.
(y que no compra con ganas, que poco se habla de esto y es clave, pero ahí ya nos vamos muy lejos)
Resumiendo:
Igual esto te parece obvio o fácil.
Pero por si has comprobado que no lo es tanto: