En la época en la que todavía no podías entrar en las discotecas pero tampoco te ibas a quedar jugando sólo, iba siempre al campo de un amigo a jugar a la pley y tal. Su padre, que a veces pasaba a vernos, era un crack, te descojonabas con él. Había una cosa que hacía que era curiosa: le daba por modificar refranes y perdían el sentido “Como dicen, en abril aguas a 1000” o directamente, como en el título, te hacía un Frankenstein “Ya sabéis, a quien madruga buena sombra le cobija” (Joder, cuando soltó eso estábamos llorando) Sobre esa época, en una típica clase de instituto, el típico profesor se dio cuenta de que los típicos dos alumnos habían copiado. ¿Lo supo porque lo explicaron prácticamente igual? No. Fue más típico todavía. Lo supo porque se equivocaron en lo mismo. Uno había copiado y ni siquiera sabía si esa era la respuesta. Y como iba a ciegas, la respuesta pues no tenía sentido. …y claro, los engancharon porque aquello olía a raro. Pensar en redactar un anuncio, una home, un email, una página de ventas… pues son demasiadas tentaciones y mejor buscar el atajo. Ojo, que hay que saber qué atajos funcionan y cuáles no. Ojo con copiar lo que no, y no contar lo que sí. Ojo con perder el sentido de fondo, y ahogar un proyecto que podría ser muy rico en matices (tan rico como la realidad) para acabar poniéndolo en el mismo cajón que el de los demás …que también son especiales, pero que decidieron ser ganado. Esfuérzate en ser real, y lo notarán. Mucho más, aquí. PD: O si el proyecto tiene potencial, me esfuerzo yo. |
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