Que algo sea verdad no significa que le importe a alguien.
Eso de arriba, quien aspire a llamar la atención de alguien, tiene que tenerlo claro.
Igual te parece fácil, vale.
Pero hay empresas que facturan millones y no lo ven tan fácil.
Te cuento cómo se diferencia una de ellas.
Entro en su página “nos diferencia”:
1. Innovación.
2. Calidad.
3. Durabilidad.
4. Servicio al cliente.
5. Soluciones personalizadas.
Vale, ahora ya sabemos que son una empresa viva en el mercado.
Eso ya lo sabemos.
Pero aunque quizá ellos no estén de acuerdo, cuando uno hace lo mismo que el resto, por definición no puede ser diferente.
Ellos podrían decir:
–Es que justo este detalle no es igual.
– Ah vale, ¿dónde lo pone? ¿más arriba o más abajo de “que tu compromiso te permite diseñar soluciones de vanguardia”?
A ver, que no se trata de tener una empatía fuera de lo común.
Se trata de decir:
“Vale, y si alguien entra aquí, no sabe del tema y tiene 10 segundos de paciencia, ¿se lo aclaro yo poniendo “innovación” en grande?”
Es que hay mucha gente curioseando antes de ponerse en contacto.
De hecho, la mayoría.
Macho, ¿lo vas a aprovechar así?
Es como si te dicen que te describas…
“Soy muy sincero.”
“Me preocupo mucho por los demás”
“Busco la excelencia en mi trabajo”
“Me gustan las cosas bien hechas”
“Me gusta viajar”
Pues vale.
Será verdad, si yo no digo que no.
Pero es que esa verdad te mete en el mismo cajón que el 99% del mundo, es decir:
Es una verdad que no te sirve para absolutamente nada.
Como hemos dicho al principio:
Que algo sea verdad no significa que le importe a alguien.
Puedes dejar la página en blanco.
Aquí propongo cosas que aunque parezca un tópico, a muchos los pondría nerviosos:
